miércoles, 28 de octubre de 2009



TITULO:  LA FUENTE DE LAS LAGRIMAS





Autora :   Ketty Castillo.
Editorial :   (Ed. El Boletín; Cádiz; 2013)


La narración, según su autora, surge de un suceso sangriento real ocurrido en 1954; juntando esta realidad con la ficción, resulta “La fuente de las lágrimas”. La ecuación se cierra como un homenaje a las víctimas del franquismo de la comarca. Una comarca cuya topografía donde se desarrollan los hechos es bien conocida por la autora, pues allí pasó los veranos de su infancia.
Son cuatro los personajes fundamentales que tienen una forma diferente de encarar el drama que les tocó vivir que les hacen ir desde la vileza hasta el heroísmo, y a la inversa. Ketty ha cuidado que los personajes no sean estereotipos, que los malos no aparezcan como malos sin más, porque sí, sino que su conducta -con alguna excepción, como en la vida misma- queda mediatizada por la tragedia de la guerra y la represión.
Otros personajes son trasuntos de personas conocidas o familiares de la propia autora, algunos humillados hasta la vergüenza y otros que salieron a duras penas de aquellos años con marcas invisibles que llevaron hasta su muerte.
No podía faltar en la novela la figura del “poeta”, un poeta sin nombre inspirado evidentemente en García Lorca y, como conocedora de la historia, del territorio y de los entresijos del trágico final de Federico, se adorna con los mitos casi verdaderos y con las verdades imprecisas del paradero de sus restos mortales. Una herida que sigue abierta pues es sin duda el fusilado más famoso de aquellos convulsos y terribles días y además lo envuelve, cada vez más, el misterio del lugar de su enterramiento.
Este misterio y el desarrollo de la trama de la novela, que se prolonga por más de cincuenta años construyen una buena novela, escrita con un lenguaje vigoroso y ágil, y que ha prologado Juan José Téllez.